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viernes, 17 de diciembre de 2010

Que la suerte te acompañe

En España la navidad empieza el 22 de diciembre, el día de la lotería. Al menos la auténtica, no esa que nos intenta vender el Corte Inglés y los fabricantes de juguetes y perfumes desde septiembre.

Y es que muchos españoles no concebimos la navidad sin el canto de los números y los premios al estilo tradicional, la esperanza de que este año por fin toque un pellizco, y el ver la alegría de los premiados en el telediario. Aunque pensándolo bien, deprimirse por no haber ganado la lotería no es el mejor modo de empezar las fiestas. Quizás ese sea el problema de nuestro país.

La lotería de Navidad representa nuestros sueños, ilusiones y anhelos. Representa nuestra esperanza de un futuro mejor. Eso obviamente, está representado en la publicidad que anuncia el sorteo.


Los anuncios de la Lotería de Navidad, no están encaminados a hacer vender un producto, que se vende solo y no tiene apenas competencia. Están encaminados a recordar la existencia del producto y a reforzar la imagen de marca, por lo que en principio, no es necesario un especial impacto en el espectador para cumplir su objetivo.

Pero hubo un día que la historia cambió.



Lotería de Navidad, 1998


Corría el año 1998 cuando apareció este anuncio. Hasta entonces, la Lotería de Navidad era un clásico entre los anuncios de temporada, pero pasaba sin pena ni gloria, pocas veces era recordado más allá de su momento.

Pero ese año la idea para el anuncio funcionó maravillosamente. Sencilla, pero efectiva. Un personaje misterioso, calvo, delgado, con el rostro anguloso, representaba los sueños y las ilusiones de la gente, haciendo que se hicieran realidad y deshaciendo entuertos e injusticias.

Varios factores contribuyeron al éxito de la campaña. La elección del actor que daba vida al espíritu de la lotería, un rostro extraño, pero que inspiraba confianza por su expresividad fue, quizás, el principal. Pero no el único. La elección del blanco y negro para darle un toque clásico y mágico, una música fácilmente identificable, y el eslogan (Cada navidad, tus sueños juegan a la lotería), contribuyeron al éxito.

Fue un éxito impresionante, una campaña recordada por casi todos, hasta tal punto, que el Calvo de la lotería protagonizó los anuncios navideños durante toda una década, y es un personaje que se ha introducido en el imaginario nacional, convirtiéndose en la representación de nuestra propia Navidad.

Pero los años pasan, las ideas se agotan y es necesario renovarse.



Lotería de Navidad, 2010


Este es el anuncio del año 2010. La base de la campaña no varía mucho sobre las anteriores (realmente poco se puede cambiar, ya que el producto marca claramente el camino a seguir).

Seguimos hablando de sueños, de ilusiones, de mundos mágicos. En esta ocasión, nos llevan atrás en el tiempo, al imaginario de nuestra niñez, cuando jugábamos a ser personajes de cuentos de hadas. En la campaña hacen un paralelismo entre nuestros juegos infantiles, y el juego de la Lotería, para hacernos ver que cumplen con el mismo objetivo: permitirnos soñar con otros mundos, otra vida, fuera de la crudeza del mundo real.

El eslogan, ¿Jugamos? es muy sencillo pero con un doble sentido muy interesante. La idea de la campaña está muy meditada, es tan racional que posiblemente sólo tocará muy tangencialmente nuestro subconsciente, lo que hará que veamos el anuncio como muy bonito, pero no sea recordado dentro de unas semanas.

Feliz navidad, y que la suerte te acompañe.

1 comentarios:

Jenn dijo...

Cierto, además, con "el calvo de la Lotería" había un mensaje escondido: el calvo, la suerte.... todo el mundo sabe que tocar una calva trae buena suerte ^^
A mi el hada está dorada no me gusta nada!!
Buen post, como viene siendo habitual en tí ^^
Besicos!!